sábado, 1 de junio de 2013

Reflexiones: Mi casa y yo


Reflexiones: Mi casa yo 



Sucede que muchas veces el renovarse no es fácil es dejar tendencias pasadas,ir dejando lo que estorba y no hace bien en nuestra vida. 


REFLEXIONES: MI CASA Y YO





Decidí que me pintaran la casa, mover muebles y cosas en mi hogar; reorganizar carpetas, decoraciones, ropa...De pronto me vi envuelto en un caos en el que todavía, al cabo de semanas, me tengo que desenvolver, especialmente ante detalles más pequeños. Dicen que al hacerlo se mueven energías y debe ser así. Lo que es un hecho es que se mueven emociones y no siempre es cómodo. Abrí carpetas y cajones que por mucho tiempo estuvieron cerrados. Tanto, que ni siquiera recordaba lo que había en ellos. Algunas cosas me emocionaron y otras me hicieron darme cuenta por qué algo en mi se sentía incómodo, apretado y pesado. La idea al volverlos a abrir era tirar muchas cosas que ya no sirvieran, que me permitieran hacer espacio. Y si, muchas cosas se fueron, pero recordar me hizo bien. 

¿Significará que ya me estoy haciendo viejo? Ahora entiendo por qué las casas de los papás y abuelitos parecen museos vivientes Ja, ja, ja. ¿O más bien será que hoy le tengo muchísimo cariño a todos mis recuerdos? Si te mueves entre recuerdos es que no hay mucho presente que vivir.

Encontré cosas que me hicieron recordar las veces que me hicieron llorar y también cuando me tocó ser el villano de mi propia película en la que siempre fui uno de los protagonistas; indudablemente en nuestro pasado ocupamos un doble papel: el de victima y victimario.Generalmente nos es más cómodo escoger uno...

Cuando estaban los cajones volteados de cabeza, las cajas abiertas y el contenido de las carpetas disperso toda mi vida estaba literalmente en el suelo. Si, ahí expuesta ante mi. Lo único que hice fue ir sacudiendo emociones con más o menos dificultad, ordenando y acomodando todo en un distinto lugar. ¡Gran parte de mi se sentía bien!.Es más, hubo cosas que del cajón pasaron a las estanterías, y de las estanterías a cajas colocadas delicadamente al lado de los cubos de la basura con el deseo de que pudieran ser recicladas y aprovechadas por otros en su presente, como es el caso de cientos de libros.

Hubo momentos que empecé a ver como mis trofeos. Claro que también llené muchas veces las bolsas de la basura de momentos que de algo sirvieron pero ya no quiero ni me interesan. ¡Es bueno deshacerme de eso porque tengo ahora mucho espacio para que lleguen cosas nuevas! Algunos pueden pensar que el cambio no ha sido tan grande o que debo continuar; que me he quedado corto. Para algunos detalles menores necesito más tiempo para despedirme, a algunos debo darles las gracias por lo que me aportaron; de otros me he desecho "precipitadamente" cuando en el presente podían haber sido útiles para otras personas. De todas formas es mi casa y en ella soy dueño y señor de lo que entra, lo que sale y permanece como reflejo de la gente o experiencias que pasan por mi vida.

Un “lo siento” a la gente que alguna vez lastimé. Creed que hice lo mejor que pude en ese momento, aunque no haya parecido suficiente. Y aplico lo mismo a quienes me lastimaron. Así que ahí quedó y todos en paz. Al final, todo pasa y no pasa nada. Bueno, si pasa. Pasa que gracias a todo lo que nos atrevemos a vivir, a equivocarnos, a arriesgarnos, a todos esos saltos de cama en cama, a todas esas emociones de peligro, hoy mi vida me sabe mejor. En ocasiones puedo de pronto cerrar los ojos y reírme en silencio de mis maldades, mis secretos, mis deseos, perversiones y aplicarlos de una forma diferente ¡que ahora si me hagan feliz!. Intento ir por la vida siendo transparente porque aunque parezca contradictorio, eso me regala mis propios secretos. La gente puede ver y juzgar todo lo que uno hace y deshace, pero sólo los inteligentes llegan a leer entre líneas la verdad de las cosas. “Hay quienes se conforman con la apariencia y hay quienes se atreven a rascar la esencia, aunque no sean demasiados en mi caso”. Por lo mismo, habrá muchos que se asusten y hasta me crean contradictorio, algo desquiciado. Pero esos no me importan demasiado. Me importa quien se atreva a abrir más mis alas, quien me anime a reírme más, a preocuparme menos y a hacer más travesuras juntos. He de reconocer que me gustaría despertar una sensación similar en otros...; no se si es reafirmar la autoestima o alimentar un poco el ego. El caso es que es que relacionarse desde nuevos esquemas desconcierta a uno mismo y, por ende, a los demás.

¿Qué es nuestra libertad, el libre albedrío si no la oportunidad de acertar y equivocarnos? Pero para eso hay que atreverse a “vivir” y en estos momentos mi vida ya no está en el suelo totalmente. Cabe mencionar que “se necesitan cojones para acomodar los cajones”. En mi caso no está siendo tan sencillo en todo momento pero se que es lo que tengo que hacer hasta donde pueda, hasta que sea capaz de hacer una limpieza aún más profunda.

Mi casa y yo estamos más o menos ordenados; ahora toca ponerme mono, traspasar la puerta y estar atento a lo que el resto del mundo me depara.

2 comentarios:

  1. interesante tu blog, me gusto! ya tienes una nueva seguidora. pasate por el mio. saludos y abrazos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, de regreso de vacaciones me pongo al día. Gracias por pasarte por aquí. ya te visito. un abrazo.

      Eliminar

Se agradecen comentarios y sugerencias.